Como inmigrante que vino de Cuba en una balsa, comprendo los desafíos de inmigración que enfrenta nuestra gente. Además, también entiendo la necesidad de que nuestras políticas de inmigración reflejen la realidad de nuestro tiempo. Tambien, comprendo el dolor que tienen que pasar los inmigrantes cuando deben abandonar sus países. En muchos casos, esta inmigración no es voluntaria, sino forzada. Este tipo de migración es, en muchos casos, involuntaria y provocada por regímenes dictatoriales. Por lo tanto, muchos de nosotros no migramos por la situación económica de nuestros países sino que por obligación. Emigramos por la persecución y hostilidad que tenemos que sufrir en nuestros propios países. Muchos de nosotros sufrimos la separación de nuestra casa, familias y amigos cuando no tenemos otra opción que migrar.
Reforma de las Políticas de Inmigración
Entiendo que los inmigrantes siempre han sido una fuente de enriquecimiento de nuestra cultura, economía y sociedad en general. Millones de inmigrantes se encuentran en nuestro país ilegalmente y necesitan ayuda para encontrar una solución a su problema. Por lo tanto, debemos orientar nuestras políticas de inmigración a lograr una reforma integral de nuestro sistema de inmigración. En consecuencia, mi oficina apoyará esa reforma del sistema de inmigración.
Sin embargo, también es cierto e imperativo tener un sistema de inmigración ordenado y controlado. No tengo ninguna duda de que la reforma migratoria es necesaria, pero no podemos permitirnos pagar el precio de implementar la reforma migratoria sin asegurar nuestras fronteras. Por lo tanto, debemos asegurar nuestras fronteras antes de contemplar una reforma migratoria integral.
Políticas Para Cubanos, Nicaragüenses y Venezolanos
Mi oficina apoyará, al menos provisionalmente, un programa de visas para venezolanos, nicaragüenses, cubanos o cualquier otra persona que busque asilo político. Estas personas, son víctimas de un régimen totalitario y merecen protección.
Por otro lado, se sabe que el gobierno cubano comercializa a sus profesionales como si fueran mercancías. Esta es una forma de esclavitud moderna, que es inaceptable para mí. En consecuencia, lucharé para restablecer el Programa de Libertad Condicional de Profesionales Médicos Cubanos para asegurar que esos profesionales reciban una oportunidad justa de migrar para obtener su libertad. La administración Obama puso fin a este programa en 2017 cuando nunca debería haber terminado.
Además, trabajaré para simplificar el Programa de Reunificación Familiar para ciudadanos estadounidenses y residentes legales con entrevistas virtuales sin necesidad de incrementar drásticamente el personal que actualmente trabaja en la embajada. Por último, abogaré con el presidente en funciones para que ponga fin a las 20.000 visas que la administración Clinton otorgó a la dictadura en 1994. Los agentes de los servicios de inteligencia cubanos utilizan esas visas para infiltrarse en nuestra sociedad. Luego permanecen operando dentro de suelo estadounidense sin ninguna restricción. Por lo tanto, nuestro gobierno debe suspender esas visas lo antes posible.